jueves, 29 de noviembre de 2012

Por alguna razón, Joaquín Giannuzzi.

Compré café, cigarrillos, fósforos.
Fumé, bebí
y fiel a mi retórica particular
puse los pies sobre la mesa.
Cincuenta años y una certeza de condenado.
Como casi todo el mundo fracasé sin hacer ruido;
bostezando al caer la noche murmuré mis decepciones,
escupí sobre mi sombra antes de ir a la cama.
Esta fue toda la respuesta que pude ofrecer a un mundo
que reclamaba de mí un estilo que posiblemente 
no me correspondía.
O puede ser que se trate de otra cosa. Quizás
hubo un proyecto distinto para mí
en alguna probable lotería
y mi número se perdió.
Quizá nadie resuelva un destino estrictamente privado.
Quizás la marea histórica lo resuelva por uno y por todos.
Me queda esto.
Una porción de vida que me cansó de antemano,
un poema paralizado en mitad de camino
hacia una conclusión desconocida;
un resto de café en la taza
que por alguna razón
nunca me atreví a apurar hasta el fondo.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Melancolía, Charles Bukowski.

la historia de la melancolía
nos incluye a todos.
me retuerzo entre las sábanas sucias
mientras fijo mi mirada
en las paredes azules
y nada.
me he acostumbrado tanto a la melancolía
que
la saludo como a una vieja
amiga.
ahora tendré 15 minutos de aflicción
por la pelirroja que se fue,
se lo diré a los dioses.
me siento realmente mal
realmente triste
entonces me levanto
PURIFICADO
aunque no haya resuelto
nada
(...)
hay algo mal en mí
además de la
melancolía

jueves, 22 de noviembre de 2012

Un hombre pasa con un pan al hombro, César Vallejo.

Un hombre pasa con un pan al hombro
¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo
¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?

Otro ha entrado en mi pecho con un palo en la mano
¿Hablar luego de Sócrates al médico?

Un cojo pasa dando el brazo a un niño
¿Voy, después, a leer a André Bretón?

Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre
¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?

Otro busca en el fango huesos, cáscaras
¿Cómo escribir, después del infinito?

Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza
¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?

Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente
¿Hablar, después, de cuarta dimensión?

Un banquero falsea su balance
¿Con qué cara llorar en el teatro?

Un paria duerme con el pie a la espalda
¿Hablar, después, a nadie de Picasso?

Alguien va en un entierro sollozando
¿Cómo luego ingresar a la Academia?

Alguien limpia un fusil en su cocina
¿Con qué valor hablar del más allá?

Alguien pasa contando con sus dedos
¿Cómo hablar del no-yo sin dar un grito?

domingo, 18 de noviembre de 2012

Otra estación, Arturo Carrera.

Estábamos en esas resonancias
que expresa cada paraje en cada uno;

estábamos en el silencio que astilla
el grito del pájaro.

Pero ¿cómo? ¿Cómo
se llama? ¿Qué cantó cuando sin querer
nos distrajimos?

lunes, 12 de noviembre de 2012

ii, Luis Alberto Spinetta.

   enumeramos ahora ciertas cosas:
   cuerpo, cielo, palabra y acto

   cuerpo es el sinfín  donde experimentamos cada
sensación por separado como granos de arena y cada
sensación en su totalidad, como arena

   cielo es el punto al que nuestra vista identifica
más velozmente, por cubrirlo todo

   palabra es la cara de la voz y es el sitio intermedio
entre el cuerpo y el cielo

   acto fue el de los hombres que al verse atrapados
en el paraíso intentaron escapar del cielo

jueves, 8 de noviembre de 2012

Es cierto, Michel Houellebecq.

Es cierto que este mundo en que nos falta el aire
Sólo inspira en nosotros un asco manifiesto,
Un deseo de huir sin esperar ya nada,
Y no leemos más los títulos del diario.

Queremos regresar a la antigua morada
Donde el ala de un ángel cubría a nuestros padres,
Queremos recobrar esa moral extraña
Que hasta el postrer instante santifica la vida.

Queremos algo como una fidelidad,
Como una imbricación de dulces dependencias,
Algo que sobrepase la vida y la contenga;
No podemos vivir ya sin la eternidad.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Para hacer el retrato de un pájaro, Jacques Prévert.

A Elsa Henríquez

Pintar primero una jaula
con la puerta abierta
pintar después 
algo gracioso
algo simple
algo hermoso
algo útil
para el pájaro
apoyar después la tela contra un árbol
en un jardín
en un montecillo
o en un bosque
esconderse tras el árbol
sin decir palabra
sin moverse...
A veces el pájaro aparece al instante
pero puede tardar años
antes de decidirse
No desalentarse
esperar
esperar si es necesario durante años
la prontitud o la demora en la llegada del pájaro
no guarda relación
con la calidad del cuadro
Cuando el pájaro aparece
si aparece
observar el más profundo silencio
aguardar a que el pájaro entre en la jaula
y una vez que haya entrado
cerrar suavemente la puerta con el pincel
después
borrar de uno en uno todos los barrotes
con cuidado de no rozar siquiera las plumas del pájaro
Reproducir después el árbol
cuya más bella rama se reservará
para el pájaro
pintar también el verde follaje y la frescura del viento
el polvillo del sol
y el zumbido de los bichos de la hierba 
en el calor del verano
y después esperar que el pájaro se decida a cantar
Si el pájaro no canta
mala señal
señal de que el cuadro es malo
pero si canta es buena señal
señal de que podéis firmar
Entonces arrancadle suavemente
una pluma al pájaro
y poned vuestro nombre en un ángulo del cuadro.