lunes, 30 de diciembre de 2013

Los ángeles bailan entre la hierba..., Juan L. Ortiz

Los ángeles bailan entre la hierba.
Ondula un frío que relampaguea
y que cortaría la tarde.
La tarde dura como un diamante
que desvalora de pronto una nube efímera.

Los ángeles de Cocteau sentados en las cornisas
miraban caer la tarde con ojos violetas.

Es dura la vida. La vida es triste.
Como un mar la muerte viene del sur y anda en
    el sol.

Los ángeles bailan entre la hierba
y sonríen con una sonrisa filosa,
un poco lúgubre ¿cierto?
sí, lúgubre, y breve.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Coro 36º, Jack Kerouac.

Ninguna dirección
Ninguna dirección donde ir
Burroughs dice que es una nave
          de espacio-tiempo
Conectada con místicas
            y misterios
De según él majestades
          trascendentales,
Pulque manzanas silvestres verdes
           de sueño hipnótico
En una enredadera colgante Ecuad.
Burroughs dice, Tenemos destino,
El último de los Hombres Fáusticos.

              Ninguna dirección en el vacío
              Es la noticia del vacío
              En contacto con el vacío
              En todas partes el vacío

Ninguna dirección donde ir
                     (sino)
                              (a)dentro
Hm
      (desgarramiento del papel indica
      desvalidez de todos modos)

lunes, 16 de diciembre de 2013

Asilo de ancianos, W. H. Auden.

Todos poseen un límite: cada uno
Tiene un matiz de daño muy distinto. La élite
Es capaz de arreglarse por sí misma,
Caminar apoyada en un bastón,
Leer completo un libro, interpretar
Movimientos de fáciles sonatas.
(Pero acaso la libertad carnal
Es el veneno del espíritu:
Conscientes de lo que ha sucedido y el porqué
Abominan su tristeza sin lágrimas.)
Luego vienen los de silla de ruedas, el promedio
Que soporta la tele
Y guiado por amables terapeutas
Canta en comunidad.
Después los solitarios que musitan
Palabras en el limbo, y al final
Los que ya son del todo incompetentes
Y como una parodia de las plantas
(Ellas pueden sudar sin ensuciarse).
No obstante, hay algo que los une:
Todos aparecieron cuando el mundo,
A pesar de sus males,
Era más habitable y más vistoso
Y los viejos tenían auditorio
Y un lugar en la tierra.
(El niño reprendido por su madre
Podía refugiarse con la abuela para ser consolado
Y escuchar algún cuento.)
Hoy ya todos sabemos qué esperar,
Mas su generación es la primera
Que se ha desvanecido de este modo:
No en casa sino asignada a un pabellón, arrojada
Como se arrumban fardos indeseables.

Mientras voy en el Metro para estar
Media hora con una del asilo,
Recuerdo quién fue ella en su esplendor.
Entonces visitarla era un orgullo
Y no una caridad.
¿Seré tan frío como para esperar
Un somnífero rápido, indoloro;
O bien para rogar, como ella ruega,
Que Dios o la naturaleza precipiten
Su función terrenal?