jueves, 22 de agosto de 2013

No son temas de poesía, Fogwill.

El correo. El orden de la mesa.
Los ciclos personales y naturales.
La buena suerte, las desgracias,
adelgazar, fumar, mirar televisión,
las vacaciones y la hacienda
y las cosechas genéticamente modificadas
no son temas de la poesía.

Tampoco Dios, los dioses,
y lo sublime inalcanzable
caben en la poesía.

El tema y los motivos
serían la división del mundo en temas y motivos
y lo que queda ahí, sin ellos,
en el centro, sin hombres.
 

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