a juan carlos onetti
la poesía debe ser hecha por todos y no por uno/dijo/
esas cosas solamente las puede decir un francés/rengo/
que nadie sabe qué hizo en la comuna de parís/
nadie sabe si se murió o no pudo/
todos se acuerdan de cuando tocaba el piano hasta altas horas
de la almita/
molestando a los vecinos que después tenían que ir a trabajar/
y se iban de la pensión mal dormidos/
pensando en la madre del pianoeta o poenista/
hablando pestes de ella cada vez que tropezaban con las piedras
o los fríos de las calles de parís/lo peor
es que tenían un acorde en la cabeza y no se lo podían sacar/
se la pasaban fundiendo hierro/soplando vidrio/y no
se podían sacar el acorde del rengo/
el rengo les había hecho un acorde en la cabeza
y por allí pasaban furias/mañanitas/agüeros/
una vez a un ferroviario le pasó un pajarito por ahí/
el pajarito volaba al futuro/
con un papelito que decía futuro en el pico/
la cuestión es que los vecinos del rengo
tenían cara de piano en la mitad del atardecer/
caían músicas de ellos/
o teclas de oro donde empezaba el horizonte/
una mujer bellísima cantaba en la cabeza
de los vecinos del rengo/que en realidad no era francés/
más bien era uruguayo/
solamente a un uruguayo se le puede ocurrir que la poesía
debe ser hecha por todos y no por uno/
que es como decir que la tierra es de todos y no solamente
de uno/
que el sol no es de uno/
que el amor es de todos y de nadie/
como el aire/y la muerte es de todos/y la vida
no tiene dueño conocido/
vos no eras rengo/lautréamont/
lo que pasó es que dejaste uruguay/
se te cayó un pedazo que
toca el piano y no deja dormir/
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